De todo el documento yo destacaría lo siguiente:
En 1997 afrontamos una Moción de Censura -un proceso similar- a raíz del asesinato de Miguel Ángel Blanco. Los compañeros de Ezker Batua optaron por la abstención [...]
El paso de los años vino a ratificar nuestro análisis,
la moción de censura en nada ayudó en el camino de la pacificación y normalización. Otrosí, elevó al poder a un gobierno que protagonizó todo un trienio ominoso en términos sociales. El aislamiento y victimización de la izquierda abertzale oficial, trajo consigo unos
espectaculares resultados en las siguientes elecciones municipales.[...] el pacto de Moción de Censura no es más que una ocurrencia gestada en los despachos de Partido Popular y Partido Socialista, acompañada por los medios de comunicación afines, que desde Ezker Batua-Berdeak y Zutik no debemos compartir para no ser partícipes de nuevos impulsos políticos similares al 18/98+, ilegalizaciones, Egunkaria, encausamiento del Lehendakari Ibarretxe, inhabilitación de Kontxi Bilbao, etc.
Creemos representar el sentir de la mayoría del pueblo de Arrasate con nuestra decisión, pero
estamos dispuestos a apoyar la convocatoria de una consulta para que sea la propia ciudadanía la que se vuelva a pronunciar al respecto, si alguien tiene alguna duda. Esta se basa en un procedimiento sencillo y reglado que nace del artículo 71 de la Ley 7/1985 Reguladora de las Bases de Régimen Local. Los partidos políticos que se autodefinen como “demócratas” no deberíamos sentir incomodidad para que fuera la propia ciudadanía quien directamente revocara la decisión adoptada hace once meses. Nosotros nos comprometemos a asumir el resultado de la citada convocatoria. De lo contrario, la soberanía del pueblo, desaparece engullida por la soberanía de la partitocracia, canalizada a través de las ejecutivas. La práctica resultante de ese engullimiento se la puede calificar de democracia mínima que la izquierda llamada transformadora debe combatir radicalmente. Además,
profundizar en una línea democrática como la consulta quitaría todo argumento a la izquierda abertzale oficial.Se nos pide sumarnos a una propuesta que carece de programa municipal ¿cómo debemos actuar? ¿Debemos guardar en un cajón nosotros también nuestro programa durantes los próximos tres años? De ser así, ¿qué papel nos queda como organización de izquierdas en Arrasate? ¿Debemos someter las cuestiones municipales a las acciones de ETA? Apostar por este escenario es darle un plus francamente irritante a la organización armada. ¿Qué es lo que necesita Arrasate? A nuestro juicio, al menos, no un gobierno de estas características.
El asesinato vil y absolutamente deleznable de un hijo de este pueblo no significa un cheque en blanco.Disociar el apoyo a la Moción de Censura y el Programa Municipal, incluso ubicándolos en diferentes tiempos, es hacerse trampas al solitario. La hoja de ruta que debe guiar nuestras actuaciones es el Programa Municipal por el que fuimos elegidos, no podemos abstraernos del mismo para el acto de mayor relevancia municipal, que no es otro que concederle el voto de investidura a un Alcalde.
«Restablecer la democracia en Mondragón» dicen algunos, ¿cómo se restablece la democracia en Mondragón -de haber algo que restablecer- cuando el Alcalde propuesto es elegido en una reunión entre ejecutivas de partidos en el Parlamento Vasco? Aquellos que se amparan en estos principios, deberían pararse a pensar el porqué muchos de los Concejales del Ayuntamiento tienen una opinión personal contraria a tal planteamiento, independientemente de que su praxis se someta al dictado de las direcciones de los respectivos partidos. Restablecemos la democracia negándoles el libre criterio y opinión a los veintiún representantes de la ciudadanía de Arrasate o al menos a los “democráticos” catorce. Curiosos principios democráticos son éstos.
Desde una perspectiva histórica es inadmisible que ciertas fuerzas políticas quieran darnos a estas alturas lecciones de ética. «¿Hay que tener contemplaciones con los titubeos democráticos de algunos?» se preguntan unos, «cobardía política», «dimisión inmediata», se responden a sí mismos. Que se pregunten por qué participan de candidaturas de partidos de gobiernos responsables de gestionar y potenciar un sistema que genera pobreza, y además manda tropas a Afganistán, nos metió en la OTAN que bombardeo Servia matando civiles y es corresponsable de la situación del pueblo saharaui, ya que prioriza las relaciones con Marruecos y los beneficios que ello reporta a la clase empresarial española, en detrimento de los derechos humanos conculcados en los territorios ocupados.
¿Es el gobierno del PSOE un gobierno ético, o en los grandes temas nacionales, geopolítica y economía, no cabe la ética? Como por ejemplo en los intereses españoles en la explotación de Suramérica ¿Y el PP que además de apoyar la invasión de Irak no se ha retractado? ¿La diferencia es el espacio geopolítico?
¿El asesinato político dentro del estado nos debe de unir en el castigo ético y en el ámbito internacional no?En este contexto, la violencia política de ETA sigue persistiendo como un factor que conculca derechos humanos y distorsiona la convivencia democracia.
Una vez más demandamos desde esta tribuna a ETA el cese definitivo e incondicional de todas las formas de violencia política que ejerce. En el caso del Estado Español un reciente informe de Amnistía Internacional opina -al igual que la Relatora Especial de la ONU hace unos años- que la tortura es una práctica más que esporádica en las comisarías. Dar una explicación acabada a este fenómeno de regresión jurídica y moral no es fácil. Sin embargo, parece inevitable vincularlo a una situación de fragmentación social que permite construir un otro deshumanizado y sin ningún tipo de derechos: el terrorista, el que amenaza y mata, la no-persona. Sólo esa construcción mental permite a algunos aceptar la tortura como un acto de defensa justificado. Como un acto en el que no se participa directamente, pero que está dispuesto a tolerar entre el telediario y la próxima publicidad comercial. Y esa misma construcción mental permitió a algunos tolerar los asesinatos del GAL.
En esa tolerancia se encuentra el
Grupo Municipal Socialista que se ausenta del Pleno cuando se tratan mociones en relación a la tortura o cuando antaño se posicionaban en contra de otra moción en relación al GAL, argumentando que no hay sentencias firmes.
Ante estas posiciones, ¿que grado de ética y de dignidad le suponemos a quien se quiere elevar a la Alcaldía con nuestro voto? Desde su óptica toda. Tanta como para que la Asamblea de Ezker Batua-Berdeak y Zutik y estos concejales renunciemos a los principios básicos que emanan de nuestras ideologías. No se trata sólo de sobrevivir, sino de sobrevivir siendo nosotros.
Todo lo anteriormente señalado no debería ser objeto de debate sino fuese porque la clase política ha sido incapaz de llegar a acuerdos básicos sobre el rechazo total a toda forma de violencia, provenga de donde provenga. Y es que habitualmente nos encontramos con concepciones donde hay un solo tipo de victimas y de victimarios, o si se quiere diferentes categorías de victimas y de victimarios.

