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 : Noviembre 27, 2018, 21:41:32  
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CASTILLA Y EXTREMADURA




Para todo el que baje de Castilla, lleno el espíritu de las impresiones que producen sus campos espaciosos, abiertos horizontes y perspectivas serenas e invariables, el espectáculo que ante sus ojos ofrece Extremadura es por todo extremo original y sugestivo. Predispone a la reflexión el brusco tránsito de un mar de mieses que amarillean, a los rudos y agrestes panoramas, cuajados de olivares productivos, de malezas infranqueables, de rocas que, cual inmenso rebaño de granito, se pierden y se esfuman a lo lejos.
Entre el cielo de Castilla, de intenso azul, a menudo brumoso y asfixiante y éste de la hermosa Extremadura, alegre y matizado en los crepúsculos con las irradiaciones de un sol hermosísimo, hay una diferencia tan notoria como la que existe entre el castellano severo, pensativo e incansable y el extremeño voluble, decidor, generoso, algo indolente; como la que media entre aquél lenguaje rudo, concreto, bravío y este lleno de inflexiones, de tonalidades y de cadencias.
De la obra inconsciente, pero continua de la naturaleza surgen y han surgido siempre las diferencias más profundas e imborrables entre los pueblos.
Lo que no puede conseguir el aislamiento voluntario entre dos razas, lo consiguen un río o una cordillera que se interponen, sirviendo de confines divisorios y por el contrario, aunque linpere una igualdad absoluta de leyes, de ideales y de dogmas entre dos regiones, si la primera habita un terreno improductivo, triste y brumoso, albergará siempre en su alma una invencible tendencia hacia la realidad, siendo en ella la lucha por la vida, áspera, ruda, interminable, y en la segunda, con la posesión de un país fértil, alegre y vivificante, surgirá la predisposición al ensueño, a las apatías y a las especulaciones...
Traspasad el Pirineo y os encontraréis con los gascones, los andaluces de Francia graciosos, soñadores e indolentes; pero al Sur de esa enorme cordillera contemplareis a Navarra y Aragón con sus rudos hijos, constantes en la brega, fuertes en el trabajo, nobles y serenos en sus sentires, incansables pan la lucha, sin que el ensueño penetre en la realidad para mermarla o cohibirla.  
Y esto también ocurre entre Castilla y Extremadura; la sierra que las separa parece un símbolo de sus diferencias; flotan en los dos ambientes miasmas distintos; allí el charro avellanado y reciote, de músculos de acero, aquí el rústico locuaz, alegre y generoso....
Ya en otros tiempos Castilla produjo al Cid que vagó en cruenta lucha, que un alto poder le impuso, bravo, reflexivo, calculador, egoísta y Extremadura disparó de sí con fuerza a Hernán Cortés y Pizarro,ardientes aventureros que, sin premeditación y con fortuna, vencieron y avasallaron....
Pero a pesar de tales diferencias, hay algo en Extremadura que nos recuerda a Castilla; algo en ambas que estimula nuestros espíritus a una compenetración beneficiosa y noble; pues los campos castellanos con su monótona uniformidad y el extremeño paisaje con sus variadas y hermosas perspectivas; aquellos vendavales que a su sabor recorren la llanura y estas brisas perfumadas que sin cesar se quiebran en los riscos y olivares, son un emblema del espíritu español abierto en sus sentires, profundo en sus esperanzas, ferviente en sus ideales, loco en sus glorias, manso en la paz y férvido y borrascoso en la perenne lucha por la vida...


MANUEL REVILLA CASTÁN


Artículo publicado en «La aurora: revista quincenal», nº III, 15 de febrero de 1904.

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 : Noviembre 27, 2018, 21:02:53  
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PÁGINAS CLARAS
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¿AQUÍ FUE ESPAÑA?



He pasado pasado unas horas en la histórica Villalar, la del muy noble y muy leal solar de Valladolid. La ruta ha sido la de siempre: hasta Benavente la vieja, en camino de hierro; hasta la villa histórica, en una tartanita desvencijada que al trote cansino de un caballejo escuálido va tragándose lentamente el cuidado caminito vecinal.
¡Villalar la muerta y olvidada, la de las bajas casitas y la gallarda torre de las espadañas, yo te hallo como otras veces, tranquila, sosegada, dormida cabe el rollo que marca una brillante página de gloria en la historia de esta raza nuestra, dulcemente arrullada por la brisa que viene de los chopos vecinos...!
Por tus callejas discurro silencioso y desde una encrucijada contemplo unos alcores, unas lomas donde acaso las huestes del temible Conde de Haro cogieron en rehenes al bizarro adalid Juan de Padilla.
¡Villalar la chiquita, la noble y la callada, la de la vieja iglesia y el miliario tristemente célebre! La que una riente mañanita abrileña viste inmolarse en aras del más alto ideal —la santa libertad de su patria, sometida a la tiranía de unos malandrines venidos de Flandes con el Rey Carlos—, y con un gesto gallardo —muy de hidalgos de la rancia y castiza cepa española—, a tres guerrilleros inmortales: Bravo, Padilla y Pedro Maldonado!
Cabe éste rollo, cuyas piedras seculares, patinadas por los siglos, parecen hablar de temples recios, de claras inteligencias y nobles corazones, fueron decapitados los tres caudillos bizarros que ardieron en el fuego de la más santa rebeldía.
¡Aquí con Castilla fué mi Éspaña! La mi España del Cid, de Padilla, y de Bravo. La mi España de Cisneros y del Conde de Haro. La vieja y muy amada Castilla mía. La de los viejos hidalgos nobles, la de los esforzados paladines y los monjes austeros, de tosco sayal, pardo como la tierra madre, la de los Reyes guerreros y cristianos, la de los cromados aceros toledanos, que se templaron en las aguas rumorosas del Tajo. ¡La grande y poderosa vieja España de antaño! La mía y la de ustedes, ancianos venerables, que cara al sol, y en los aledaños de ésta recogida Villalar, vivís los postreros días de vuestra larga vida y sentís la Patria a la usanza de antaño...
¡Aquí con Castilla fué mi España! La mi España del Cid y Fernán González, la de Cisneros y los Condestables, la de los lances caballerescos en las encrucijadas de las callejas silentes, bajo la clara luz de la luna, la de los claros varones y los recios hidalgos, la de los guerrilleros y los trovadores... ¡La muy amada y poderosa vieja España de antaño!


ENRIQUE MORENO


Artículo publicado en «El avisador numantino: Periódico de intereses generales y noticias», nº 4686, 1 de diciembre de 1926.

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 : Noviembre 20, 2018, 21:26:56  
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VIDA CULTURAL
Conferencia de don Carlos Alonso

Como estaba anunciado, ayer tarde a las siete y media, pronunció en el Ateneo de Valladolid una conferencia sobre el tema "Castilla inmortal deberá imponer la integridad de la Patria", el abogado palentino don Carlos Alonso.
Presidieron el acto los señores Olea Pimentel, Santelices y Ruiz de la Peña.
El señor Alonso hizo un entusiástico canto a Castilla como el más representativo de los pueblos habitadores de España, poniendo de manifiesto sus virtudes raciales y las situaciones a que la condujeron en ciertos momentos sus errores políticos, haciendo para ello un recorrido a través de la historia patria.
A Castilla contrapuso el conferenciante Cataluña, demostrando cómo esta región medró siempre a costa del resto de España y principalmente de Castilla, sin contar, por otra parte, con aquellas cualidades y virtudes que pudieran hacerla el eje director de la vida española.
Finalmente el conferenciante trazó todo un plan para conseguir el resurgimiento espiritual y material de Castilla, que haciéndola nuevamente colocar a la cabeza de las regiones españolas, la permitiera imponer y mantener la integridad de la Patria, amenazada por las tendencias secesionistas de la región catalana.
El conferenciante, al terminar la lectura de su erudito trabajo, escuchó muchos aplausos. Por la noche fué obsequiado con un banquete.

(Reseña publicada en
«El Diario Palentino», nº 15606, 7 de noviembre de 1935).

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 : Noviembre 20, 2018, 21:08:53  
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CUESTIONES CASTELLANAS
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LA INSTRUCCIÓN




Es muy corriente entre los escritores que abordan temas de interés castellano, al hablar de los hijos de esta tierra, tratarlos de incultos y cargarlos la parte principal de la culpa de su poca instrucción, dejando el resto de la responsabilidad para el Estado y los maestros.
Cualquiera que medite con serenidad y detenimiento sobre este asunto, verá lo aventurado, cuando no equivocado, de tales afirmaciones hechas, las más de las veces, sin conocer a fondo las gentes y la vida de la llanura.
El problema de la instrucción en Castilla es, ante todo y sobre todo, uno de los casos en que más directamente interviene el factor tiempo. Veamos: el cultivo de la tierra, tal y como hoy se efectúa, careciendo de todos los adelantos que proporciona la moderna maquinaria, ahorradora de tiempo y trabajo, exige que los hombres dedicados a su cuidado empleen diez y doce horas diarias en un trabajo fatigador y continuo durante las temporadas de Otoño, invierno y parte de primavera, llegando, durante las faenas de la recolección, a dedicar hasta dieciocho y veinte horas diarias al rudo trabajo del campo y, sobre esto, en uno y otro tiempo, sin descuidar la obligación de atender al cuido del ganado, menester en que se emplea una crecida porción de tiempo.
Esto, indudablemente, es una tarea abrumadora, que imposibilita de todo punto para dedicar unos momentos a todo aquello que no sea descanso. Vengan a Castilla, vengan todos los que motejan a sus hijos de incapaces para tomar un libro, vengan y empuñen siquiera por un sólo día las herramientas del trabajo y verán, verán qué distinta es su manera de opinar... Cómodo, demasiado cómodo, resulta afirmar gratuitamente: "Castilla es ruda", "Castilla no lee". Ni una sola vez he visto escrito: "Castilla no tiene tiempo para leer", "Castilla trabaja..." No, no culpemos a estos hijos del agro de su poca instrucción; seamos justos y comprendamos que si no dedican nada de su tiempo a la lectura... Es porque ese tiempo no existe... No dispone de él...
Cuando el obrero del campo, esté regido por organismos que reglamenten el trabajo, cuando la jornada no sea mayor a la empleada por los trabajadores de la ciudad, cuando se creen sindicatos que proporcionen maquinarias adecuadas para cultivar la tierra con el mínimum de trabajo y tiempo, cuando se creen bibliotecas circulantes cuya misión sea llevar hasta estos hombres un sano venero de cultura, cuando se intensifique por todos los medios - escuela, conferencias educativas, compañías ambulantes, de teatro, cine - la afición al libro; cuando sea verdaderamente obligatorio que los niños asistan a la escuela en vez, como ahora acontece, de dedicarles, apenas cuentan seis años, a las faenas del campo, al pastoreo y a otras muchas ocupaciones que les embotan los sentidos y les hacen crecer raquíticos, entonces, cuando el Estado sienta una honda preocupación por la cultura y el bienestar de estos hombres, podremos si ellos desprecian lo que se les brinda, criticarles y exigirles; pero mientras tanto, contentémonos con compadecerles y arrimemos nuestro granito de arena para que un día lleguen a incorporarse al movimiento de cultura universal.
Reconozcamos que nada se ha hecho aún y que es mucho lo que queda por hacer para llegar a conseguir los frutos espirituales de estos hombres del campo.
Muchas veces, durante nuestra estancia en pueblos de Castilla, hemos podido comprobar la afición, el deseo que estos hombres tienen de adquirir conocimientos, de tener libros, de leerlos, pero siempre se tropieza con la misma dificultad: falta de tiempo, falta de libros y, en la mayo parte de las casas, falta de medios para adquirirlos. Creemos en todas las escuelas  una pequeña biblioteca circulante y entonces daremos un paso hacia el engrandecimiento de Castilla, facilitando y despertando - sin discursos oficiales y percalinas - el amor al libro... El amor a la escuela... El amor al maestro... Mientras tanto, callémonos y no echemos en cara su incultura a estos hombres, cuyo único pecado es su excesivo apego al trabajo.


NICOMEDES SANZ Y RUIZ DE LA PEÑA


Artículo publicado en «El Adelanto: Diario político de Salamanca», nº 13675, 5 de diciembre de 1928.

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 : Noviembre 19, 2018, 20:55:39  
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POR CASTILLA Y PARA CASTILLA


Años atrás, figuró mi modesta firma en estas columnas acogedoras y expansivas de EL NORTE DE CASTILLA; mas, ahora, al volver de nuevo a reemprender mi tarea, prometo una colaboración continuada en el propósito, ordenada en los temas, recta en la trayectoria, fija en la orientación, pertinaz y concreta en la tarea y en el deber de contribuir a explorar a Castilla, estudiándola, enalteciendo sus virtudes, exponiendo en blanda crítica los defectos de su raza, analizando valores, señalando sus derechos colectivos, defendiendo sus intereses morales y económicos regionales, tratando, en resumen, de infiltrar poco a poco, en el corazón reseco de sus hijos, el espíritu de estimación hacia esta tierra, que apacible o adusta, rica o pobre, tenemos los castellanos el deber de amarla porque al fin es nuestra bendita cuna.
Pero, yo adelanto, que no soy literato, ni artista, ni historiador, bien que la literatura, el arte y la historia de Castilla me sean conocidas lo suficiente para enjuiciar su alta significación; y así, procuraré seguir otros derroteros menos trillados y más eficientes al decidido propósito que me anima, de expoliar la indiferencia, sacudir la pereza, desvanecer el pesimismo, fortalecer convencimientos, alumbrar ideas, despertar confianzas e infundir alientos a este pueblo castellano de mis cariños, que, como colectividad puede y debe proseguir su camino...
¿Será esta la hora nueva de Castilla? Sin afirmarlo concretamente, séame permitido, si en verdad son estos momentos de revisión de valores, de enmendar errores, de zanjar diferencias, de saldar deudas, de rectificar orientaciones y en suma, de cancelar el pasado - séame permitido, repito - manifestar que, acaso, mejor oportunidad para reemprender la marcha, no se le depare nunca más. Así, como así, la voluntad nacional en digna y ejemplar conducta ha sellado el capítulo fatal y doloroso de la historia de nuestra decadencia, que empezara coincidentemente al terminar el primero de los Austrias con las libertades de Castilla, en los campos de Villalar en día en que por cierto, al decir de un gran tribuno, hasta el cielo lloró tanta desgracia.
Castilla era entonces una nación gloriosa. Hoy no es sino una región humilde, menos pobre de lo que parece, pero al fin decaída; una tierra olvidada por sus propios hijos, menospreciada por extrañas gentes, desatendida por sus políticos, incomprendida por los que con afectada jactancia se apellidan a sí mismos intelectuales españoles, postergada por los gobiernos, antes como ahora, ayer y hoy lo mismo, bajo el yugo del viejo régimen que bajo el mandato del régimen novísimo. Y, sin embargo, esta bien amada tierra resiste todos los embates, como una añosa encina... Y subsiste gracias al sin igual esfuerzo de este buen labriego castellano que ara silencioso... Pero que no canta como pretendiera Gabriel y Galán. Y eso, eso, es lo que hay que intentar: que cante. Que cante el gañán, que cante el pueblo, en la aldea y en la ciudad, que cante nuestro pueblo, bajo la bóveda de este cielo azul y despejado de Castilla, puro y sereno como el alma de su raza tan generosa, tan limpia de ambiciones que por ello se entregó espontánea, autoexcluyéndose de toda ambición al intento creador de un algo grande y superior a sí misma: «España».
¡Cantar, cantar! El canto es alegría siempre, como el canto de un orfeón es música, arte, solidaridad de sentimiento, armonía, actividad, cultura; el canto es en fin, optimismo y elevación espiritual. Y pueblo que eleve su espíritu, recobre su optimismo, que are y cante, hermanando el trabajo y la alegría, es pueblo que se salva, que se redime, que triunfa, que logra en resumen la significación propia y el respeto de los demás. Ahora bien, para que un pueblo tenga alegría y esté satisfecho de sí mismo tiene que tener «despensa», ¡tiene que tener repletas las trojes y llenas las cubas!, tiene que trabajar porque el trabajo engendra el bienestar, y para trabajar lo más práctico es esconder en el bargueño de la tradición familiar los viejos pergaminos por gloriosos que sean y mirar sin cobardía las realidades de la hora actual.
No olvidemos el pasado y menos sus enseñanzas, mas intentemos enorgullecemos de nuestro presente al tiempo que sentarnos los cimientos de una Castilla mejor. De modo que digamos: basta de escalar los castros leoneses para contemplar desde ellos, la tierra llana y brava, teatro de jornadas históricas; basta de sumergirnos en la contemplación de los claustros de los monasterios esparcidos por todos los rincones de este país; basta de evocar esas rondas de castillos fronteros al padre Duero o que altivos se yerguen en las rojizas tierras segovianas. Y al doblar esas páginas de la historia reflexionemos y convengamos, en que, si la historia es la geografía del pasado, la geografía es la historia del presente y ésta nos dice con imperativa frialdad, que penetra hasta la propia médula y por contra agita el corazón: pueblo castellano, no eres potente ni siquiera fuerte porque has perdido tu propia estimación, porque inactivo no has extraído de las entrañas de la tierra la riqueza de tus minera les, ni sometido a tu arbitrio el agua de tus ríos convirtiéndola en energía, ni erigido chimeneas y decir chimeneas es decir fábricas, ni por último, administrado tu hacienda y tu casa. Lo que has hecho, por el contrario, es acabar con los rebaños celebérrimas de tus merinas; paralizar tus batanes, olvidando hasta las viejas industrias domésticas; lo que has hecho es arrasar tus bosques y destruyendo en lo material el heredado patrimonio destruir también en lo espiritual como consecuencia, la fe en tus propios destinos. Y como si eso fuera poco, en lugar de alentarte, Castilla mía, tienes que resignarte a que nadie te tienda la mano generosa y escuchar cómo el eco trae de la periferia una voz que dice: «No tendrás ferrocarriles ni te dejaremos asomarte al mar» y sufrir con entereza que ni en tu propio solar surja una voz autorizada y potente que llame a concejo a los intelectuales y políticos castellanos para decir a los unos: despertad a este pueblo y a los otros: defended intereses de esta región, exigiendo que los gobernantes escuchen los clamores de este país resignado y patriota y advirtiendo, a todos, que acaso Castilla necesite un Estatuto y una Asamblea. Mas todo esta es tan interesante, que bien vale la pena, lector, de que hagamos punto para continuar otro día.


Gregorio Fernández Díez



«El Norte de Castilla», nº 33415, 1 de Abril de 1932.

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 : Noviembre 09, 2018, 10:09:38  
Iniciado por Maelstrom - Último mensaje por Free Castile
Mucho más rompedor en su momento que ahora que cada día aparecen 300 mapas de este tipo. Creo que Grecia debe pertenecer siempre a la nación latina icon_biggrin. Por cierto como se ponen fotos ahora en el foro, me resulta imposible

 77 
 : Noviembre 08, 2018, 20:50:44  
Iniciado por Maelstrom - Último mensaje por Maelstrom
Buenas tardes y saludos a todos, apreciados contertulios de Foros Castilla.

Quisiera someter a vuestra atención uno de los documentos más extraños e intrigantes de la Segunda Guerra Mundial, recuperado del olvido gracias a Internet. Ha atraído por igual la atención de quienes se interesan por aspectos curiosos de la Historia y de los creyentes en teorías sobre conspiraciones mundiales, poderes ocultos o como queramos llamarlo.
Me refiero al llamado «Outline of the Post-War New World Map» («Esbozo del Nuevo Mapamundi de Postguerra») dibujado por un tal Maurice Gomberg de quien apenas conocemos datos biográficos: tenemos constancia de que Gomberg era un humilde relojero, quizás joyero, nacido en tierras rusas y avecindado en la ciudad norteamericana de Philadelphia. Sería a principios de 1942 cuando este cartógrafo aficionado publicó por su cuenta el mapa mundial que nos ocupa, vendiéndolo por el módico precio de un dólar.
Vamos a echarle un vistazo. Pinchad en el enlace de Wikipedia si queréis apreciar mejor todos sus detalles:




https://en.wikipedia.org/wiki/Outline_of_the_Post-War_New_World_Map

Según el señor Gomberg, el mundo posterior a la Segunda Guerra Mundial debería ser dividido en diez grandes bloques:

- Los Estados Unidos de América (con varios puestos avanzados en el Atlántico y Oceanía).
- Los Estados Unidos de Sudamérica
- Los Estados Unidos de Europa
- Los Estados Unidos de Escandinavia
- La U.R.S.S.
- La Unión de Repúblicas Africanas
- Las Repúblicas Federadas Árabes
- Las Repúblicas Federadas de la India
- Las Repúblicas Unidas de China
- Commonwealth Británica de Naciones

Al margen quedarían Irlanda, Grecia, Turquía y el estado de «Hebrewland». Mención aparte merecen las Potencias del Eje, ya que aparecen señaladas como «quarantined» (en cuarentena). Si ojeamos la parte inferior del mapa veremos que aparece un manifiesto de 41 puntos para hacer efectivo un «Nuevo Orden Moral Mundial para la paz permanente y la libertad» a través de medidas como el fin del colonialismo, la creación de organismos supranacionales o ciertas reformas económicas.
Evidentemente, el mapamundi de Maurice Gomberg era su propuesta personal sobre geopolítica, no teniendo repercusión alguna. Y en mi modesta opinión estamos ante una curiosidad histórica que nos recuerda aquella sangrienta guerra tan decisiva en el devenir del siglo XX...

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 : Noviembre 07, 2018, 21:04:20  
Iniciado por Free Castile - Último mensaje por comunero-1
Buenas tardes, es tremendo que este señor le eche la culpa al empedrado de que la lucha leonesa despierte tan poco interés, hacerlo a Valladolid es de una injusticia, una banalidad y una cara dura política que roza el delirio. Mira que habrá motivos para meterse con la Junta pero hacerlo por el tema de la lucha leonesa linda con el surrealismo. Como si todos los deportes populares no estuviesen en la misma situación.
Para lo bueno y para lo malo castellanos y leoneses vamos juntos desde 1230, cuando Fernando III, unifico los dos reinos, desgraciadamente la miserable constitución de 1978, impide consultar a los pueblos que es lo que desean, como construir su futuro, esta constitución es el nudo gordiano de los intereses de quienes de verdad no quieren que nada cambie. Me resulta difícil ver un futuro con nuestros hermanos leoneses separados en dos instituciones independientes y separadas entre si, pero como demócrata que soy lo aceptaría, Estos miserables provincialistas en el fondo no son nada mas que un refugio del españolismo más rancio y casposo, toda la culpa de todo la tiene el vecino, el Estado Español no,
No tengo ninguna duda, de que uno de los enemigos mas potentes del nacionalismo castellano es el provincialismo, como dejo bien patente la basura de Constitución del 78, dividiendo a Castilla y fomentando el provincialismo
Saludos blancos, castellanos y comuneros

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 : Noviembre 06, 2018, 21:31:39  
Iniciado por Castilla_2021 - Último mensaje por Castilla_2021
Zacarías Ylera Medina (Valladolid, 1878-Valladolid, 1943) fue un poeta y traductor castellano.

Biografía

Nació en Valladolid el 28 de diciembre de 1878. Vivió en la Montaña de León, en la que ambientó los relatos de La Giraldella, El pañuelo de seda y Franciscona del libro de cuentos Iris.

Colaborador de la revista Juventud Castellana.

Ganador de la flor natural en los Juegos Florales organizados por el Ateneo de León.

Fue un notable poeta, que, además, dio a conocer a varios poetas catalanes en tierras castellanas en su libro El Parnaso catalán: poesías traducidas (1929).

Por el libro Testigo de una época: divagaciones de un espectador (1988), de Francisco de Cossío, sabemos que Ylera acudía al vallisoletano Café Calderón, lugar de reunión y debate de Mourlane Michelena, Justo González Garrido, Narciso Alonso Cortés, Federico Santander, Miguel de San Román y otros escritores y artistas.

Falleció su ciudad natal el 16 de octubre de 1943.

 80 
 : Noviembre 04, 2018, 23:38:25  
Iniciado por Castilla_2021 - Último mensaje por Castilla_2021
Quiero comenzar un nuevo hilo que deseo que entre todos vayamos enriqueciendo: el de los castellanos (en sentido estricto) que protegieron la cultura catalana.

Creo que es bueno desarrollar un relato positivo de la Castilla contemporánea en Cataluña. Nos puede ir bien.

Para empezar, expondré el caso del bibliotecario salmantino Jesús Domínguez Bordona, también historiador, que fue destinado de Madrid a Tarragona después de la Guerra Civil por su ideología republicana. Dirigió la Biblioteca Pública de Tarragona desde 1942 a 1963 y, aunque existió orden de depuración, consiguió salvar los libros del fondo Servei de Biblioteques del Front que la Generalitat había creado para dar servicio bibliotecario a los soldados del bando republicano.

Buena parte de estos libros, que las autoridades franquistas habían destinado a la "depuración" (Decreto de 17 de agosto de 1938, del bando nacional), eran en lengua catalana.

Llegó a ser miembro del Institut d'Estudis Catalans.

Jesús Domínguez Bordona había nacido en Ciudad Rodrigo en 1889. Falleció en Tarragona en 1963.


Más información: https://es.wikipedia.org/wiki/Jesús_Domínguez_Bordona (¡La entrada en la wikipedia en castellano es menos extensa que en la Viquipedia catalana!)




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