Muchas veces se olvida que el principal activo del castellanismo, y particularmente de TC, es la ilusión de sus afiliados y simpatizantes. Nos hemos lanzado a hacer cosas sin esperar nada a cambio, porque estábamos ilusionados, y creíamos en una idea, aun sabiendo que era utópica. Esa ilusión ha mantenido este proyecto cohesionado y funcionando, mucho más de lo que puede hacerlo el dinero o los resultados electorales obtenidos.
Es posible que con la refundación no hagamos más que el boca a boca a alguien que ya ha fallecido, pero me cuesta mucho asumir que este sueño se acabó, porque tras el, no hay nada. Es muy duro pensar que todas las horas e ilusiones invertidas no han valido para nada...
No puedo estar más de acuerdo con estos dos párrafos del mensaje de Alvarfáñez. Si se pierde la ilusión, estamos acabados. Y creo que la ilusión se está perdiendo no por los resultados electorales (que también), sino sobre todo por renunciar a la utopía. El actual proceso de refundación no me ilusiona lo más mínimo tal y como está formulado, porque entiendo que renuncia a objetivos históricos del programa castellanista.
Por ello, invito a la gente disconforme con esta línea política a plantear enmiendas en el Congreso fundacional del PCAS en febrero.
Pienso que la refundación, el cambio de nombre, tal vez todo ello pueda ser necesario, pero cuidado, no se debe confundir cambiar el envoltorio con cambiar el contenido, que es a mi juicio lo que se está haciendo de un tiempo a esta parte.
Veo gente con demasiados complejos a la hora de explicar el proyecto castellanista a la sociedad, no sé si por miedo al qué dirán, porque se han abandonado intelectualmente, porque no encuentran argumentos para la defensa de las ideas castellanistas, o porque simplemente han perdido la fe en esta ideología y eso les hace navegar a la deriva por este gran océano de la política. No busquemos el aplauso fácil del gran público, ni de la prensa, ni de nadie, eso es un gran error. El castellanismo sólo tendrá éxito a largo plazo si se mantiene fiel a sus principios.
Sobre si la refundación es intentar resucitar a un muerto, no sería tan tajante. La situación me parece preocupante, pero reversible. Creo que TC-PCAS es el instrumento más válido para desarrollar el castellanismo político y que lo seguirá siendo en cualquier caso se tome la decisión que se tome. Eso sí, en caso de que se reniegue totalmente del nacionalismo, muchos nos sentiremos desvinculados de ese proyecto mientras dure tal situación y nos refugiaremos en el castellanismo de tipo cultural, porque a mi entender, a día de hoy no hay espacio sociológico para que otro partido castellanista pueda pugnar con éxito por la entrada en las grandes instituciones.