Ahí está el fallo. Sin viajar, no te das cuenta.
Viajando te das cuenta de que las personas son parecidas en todos los lados, y que te puede unir más a un alemán que a un tipo de Zamora (por mucho que la historia pasada sea común con el de Zamora)
Yo personalmente me he sentido mejor y más a gusto en Lisboa que en León, y eso no hace que no sea castellanista.
Hacer del nacionalismo la defensa de la piedra (como se hace en Euskadi) o del terruño propio hace perder, en mi humilde opinión, toda razón a tal nacionalismo. La gracia está en defender lo de uno valorando lo de los demás, y no cerrando puertas a los lazos que podamos tener con otras personas.
La costumbre es un peligrosísimo agarre. Es bueno defenderla. Hacer de ella un mito es el origen de, por ejemplo, el fascismo.
Pero vamos a ver, que manera de liarnos, ¿cómo quieres que vaya a Moldavia o a Vanuatu si lo primero que no existen traductores de mi idioma al suyo? es complicado, con los 4 idiomas oficiales que tienen, bien el ruso o el ucraniano (que para el caso es lo mismo), rumano y gagauzo. Pero claro, claro, nos parecemos MUUUUUCHO, muchísimo. ¡Venga!... :lol: ¿¡Y en vanuatu!?, Como no me exprese en inglés, o francés en los núcleos de población (uy, qué población, ¡cuánta! 36 mil habitantes, y vé a buscar algún tío que entienda inglés o francés cuando hablan en bislama)...
Hay diferencias CLARÍSIMAS entre un Vanuatense, un Moldavo, y un Castellano. Y para decir que existen no es necesario viajar a esos países. Luego puede que algunos queráis meter el rollo filantrópico, de que todos los seres humanos somos iguales, y que, esto, y lo otro, y lo de más allá...nos unen.
Pero curiosamente Midir, señalaba que su frontera termina en los URALES. ¿Por qué termina en los Urales y no en Juneau?