El caso es condenar cualquier tipo de acto rastrero y miserable como este, cualquier agresión injustificada, sin venir a cuento y venga de quien venga, se parapete en lo que se parapete. Lo curioso es que a pesar de las decenas de agresiones similares que se producen a diario las de mayor difusión mediática siempre suelen venir acompañadas de cierta orientación ideológica (ideológica por decir algo, porque un hollywood nazi de esos lo más que sabe de política son los 10 primeros minutos de la naranja mecanica, osea nada vaya). Luego, para dar de comer aparte, el oportunismo y la hipocresía de cierto señor abanderado contra la intolerancia (se supone contra toda ella, aunque todavía está por ver) que para no ser menos, salta como un resorte ante este tipo de violencia a sabiendas de su mayor difusión y de que va a publicitarse de lo lindo y de ese modo, vivir del cuento unos meses más.