Lo que tampoco tiene sentido, siguiendo tu argumentación, es que solo se fuese un 10%, porque entonces eso tendrÃa que estar hiperpoblado de judos...y sin embargo hasta la llegada de los judÃos europeos(sobre todo) eran minoria.
Yo pienso que ni tanto ni tan calvo.
No me has leido comprensivamente, he dicho que los descendientes de los judios israelies de época de Cristo son los palestinos (los askenazies son descendientes de los jazaros de Ucrania), los cuales se convirtieron al islam mayoritariamente. No me lo invento yo, lo dicen hasta profesores universitarios israelies (el propio David Ben Gurion lo admitia):
Shlomo Sand:“El pueblo judÃo fue una invenciónâ€
Nadie está más sorprendido que el propio Shlomo Sand de que su último libro de investigación académica lleve ya 19 semanas en la lista de bestsellers de Israel. El éxito ha tocado a la puerta de este profesor de historia a pesar de que su libro pone el dedo en la llaga del tabú más importante en Israel.
Sand afirma que la idea de una nación judÃa -cuya necesidad de un lugar seguro en donde vivir se utilizó originalmente con el fin de justificar la fundación del Estado de Israel- es un mito inventado hace poco más de un siglo.
Este historiador, catedrático de Historia Europea en la Universidad de Tel Aviv, llevó a cabo una amplia investigación histórica y arqueológica en apoyo no sólo de esta alegación, sino de otras tesis igual de controvertidas.
Además, asegura que los judÃos no fueron nunca expulsados de la Tierra Santa, que la mayorÃa de los judÃos actuales carecen de cualquier conexión histórica con el territorio denominado Israel y que la única solución polÃtica para el conflicto que enfrenta al paÃs con los palestinos es la abolición del Estado judÃo.
El libro está siendo traducido a una docena de lenguas, incluidas el árabe y el inglés. Pero su autor predice una fuerte oposición del lobby proisraelà cuando el libro salga a la luz el año próximo en USA, publicado por Verso.
Por el contrario, dice Sand, aunque los israelÃes no lo han defendido, sà que han mostrado curiosidad por su argumentación. Tom Segev, que es uno de los periodistas más importantes del paÃs, ha calificado el libro de “fascinante†y de “auténtico desafÃoâ€.
Lo sorprendente, añade Sand, es que la mayorÃa de sus colegas universitarios israelÃes han evitado hacer el menor comentario. La única excepción ha sido la de Israel Bartal, profesor de Historia JudÃa en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Bartal, en un artÃculo publicado en el periódico Haartez, no hizo esfuerzo alguno por rebatir las afirmaciones de Sand, sino que dedicó buena parte de su exposición a defender a sus colegas, sugiriendo que los historiadores israelÃes no son tan ignorantes sobre la naturaleza inventada de la historia judÃa como pretende Sand.
El principal argumento de Sand es que hasta hace poco más de un siglo, los judÃos se consideraban judÃos sólo porque compartÃan una religión común. A principios del siglo XX, dice, los judÃos sionistas pusieron esta idea en entredicho y empezaron a crear una historia nacional en la que se inventaron que los judÃos existÃan como pueblo separado de su religión.
De manera similar, la moderna idea sionista de que los judÃos estaban obligados a regresar desde el exilio a la Tierra Prometida era algo totalmente ajeno al judaÃsmo, añade.
“El sionismo cambió la idea de Jerusalén. Antes, los lugares sagrados estaban considerados como lugares para añorar, de ninguna manera para vivir en ellos. Durante 2000 años, los judÃos permanecieron lejos de Jerusalén no porque no pudiesen regresar, sino porque su religión les prohibÃa hacerlo hasta la llegada del mesÃas.â€
La mayor sorpresa que tuvo durante su investigación fue cuando empezó a buscar pruebas arqueológicas de los tiempos bÃblicos.
“No me educaron en el sionismo, pero al igual que los demás israelÃes yo daba por descontado que los judÃos eran un pueblo que habÃa vivido en Judea y que fue expulsado al exilio por los romanos el año 70 d.C.
â€Pero una vez que empecé a buscar pruebas, descubrà que los reinos de David y Salomón eran puras leyendas.
â€Lo mismo pasó con el exilio. De hecho, la judeidad no puede explicarse sin el exilio. Pero cuando empecé a buscar libros de historia que me describiesen los pormenores de dicho exilio, no pude encontrar ninguno. Ni uno solo.
â€La razón es que los romanos no exiliaron a nadie. De hecho, los judÃos en Palestina eran mayoritariamente campesinos y todos los indicios sugieren que se quedaron en sus tierras.â€
Por el contrario, Sand cree que una teorÃa alternativa es mucho más plausible: el exilio fue un mito promovido por los primeros cristianos para atraer judÃos a la nueva fe. “Los cristianos querÃan que las generaciones posteriores de judÃos creyesen que sus antepasados habÃan sido exiliados como un castigo de Dios.â€
Entonces, si no hubo exilio, ¿cómo es que tantos judÃos terminaron dispersos por el mundo antes de que el moderno Estado de Israel empezase a animarlos a “regresarâ€?
Sand dice que en los siglos que precedieron y siguieron a la era cristiana, el judaÃsmo fue una religión proselitista, que buscaba desesperadamente conversos. “La literatura romana de la época menciona este hechoâ€.
Los judÃos viajaban a otras regiones a la búsqueda de conversos, particularmente en el Yemen y entre las tribus bereberes del norte de Ãfrica. Siglos después, el pueblo del reino de Kazar, situado en lo que hoy es el sur de Rusia, se convirtió de forma masiva al judaÃsmo y esa fue la génesis de los judÃos asquenazÃes de la Europa central y oriental.
Sand pone de manifiesto el extraño estado de rechazo en que viven inmersos la mayorÃa de los israelÃes, a pesar de que los periódicos han dedicado muchas páginas en fechas recientes al descubrimiento de la capital del reino de Kazar en las cercanÃas del Mar Caspio.
Ynet, el sitio web del periódico israelà más popular, Yedioth Ahronoth, publicó la historia con grandes titulares: “Arqueólogos rusos descubren la capital judÃa desaparecida desde tiempos inmemorialesâ€. Sin embargo, a ninguno de los periódicos, añade, se le ocurrió que este hallazgo pudiese contradecir el discurso oficial de la historia judÃa.
La argumentación de Sand pide a gritos una pregunta adicional, como él mismo señala: Si la mayorÃa de los judÃos nunca se movió de la Tierra Santa, ¿qué fue de ellos?
“En las escuelas israelÃes no se enseña, desde luego, pero la mayorÃa de los lÃderes sionistas iniciales, incluido David Ben Gurion [el primer primer ministro israelÃ] creÃan que los palestinos eran los descendientes de los judÃos originales de la región. CreÃan que los judÃos se habÃan convertido más tarde al Islam.â€
Sand atribuye la reticencia de sus colegas a unirse a él a que muchos de ellos reconocen implÃcitamente que todo el edificio de la “Historia JudÃa†que se enseña en las universidades israelÃes es tan inestable como un castillo de cartas.
El problema de enseñar historia en Israel, añade, se inició con una decisión de 1930, mediante la cual se separaba la historia en dos disciplinas: Historia General e Historia JudÃa. Se asumió que la historia judÃa necesitaba su propio campo de estudio porque la experiencia judÃa estaba considerada como algo único.
“No existen departamentos judÃos de polÃtica o de sociologÃa en las universidades. Sólo la historia se enseña de esta manera, lo cual ha permitido que los especialistas en Historia JudÃa vivan en un mundo muy insular y conservador, ajeno a los modernos desarrollos de investigación histórica.
“En Israel se me ha criticado que escriba sobre la Historia JudÃa cuando mi especialidad es la Historia Europea. Pero un libro como éste necesitaba a un historiador que sea familiar con los métodos habituales de investigación histórica que se utilizan en las universidades del resto del mundo.â€

