Pues en esto sí que te comprendo.
A mí lo de pegar tiros no me ha gustado mucho nunca ( en la marina procuraba evitar las prácticas. Hubo una vez que, probando las zetas, en un recinto techado dejé un buen reguerito en el techo de lo que se me fue la puntería

). Las veces que he ido a una matanza han sido experiencias bastante desagradables. Desde luego no se me ocurriría prohibir las matanzas ni acusar de sádicos o asesinos a los que se aplicaban entre risas al degüello del animal.
Sin embargo pesco, cuando se dejan. Hago que un animal sufra en su boca un anzuelo y luego lo suelto sólo por el entreteniemiento y el disfrute en la naturaleza.
Y la verdad es que estas discusiones me producen una mezcla de risa, perplejidad y aburrimiento.

