Zas, en toda la boca.
Es que da igual, tu cuanto más viejo, en vez de más sabio, lo que eres es más cansino. Yo no odio ni a los pueblos ni a las gentes que viven bajo jurisdicción del Estado español (al contrario que tú, mira por donde). Ni siquiera
odio a las estructuras y pilares del régimen, simplemente las rechazo.
Somos castellanos, nuestro país -pueblo, territorio, gente, nación- es Castilla y queremos que tenga los derechos de un sujeto político.
Nosotros de lo que estamos hartos es de ser gilipollas alienados en manos de cuatro ladrones, chupasangres y pesebreros, dándonos igual su nacionalidad, etnia, idioma, sexo, religión o estilo de música preferido. ¿Te parece poco? Pues si quieres más, también estamos cansados de ser un pueblo con una identidad doblegada ante la pseudocultura española, un pueblo dividido, humillado, empobrecido y embrutecido, dispuesto a morir por una ofensa guiñolesca o gibraltareña a España e incapaz de moverse frente a un ATC, el trasvase del Tajo, el expolio del patrimonio artístico, la despoblación rural o la destrucción del tejido industrial.
Ale, esta tarde ración doble de somnífero español. Seguro que te puedes ir a Badalona a celebrar un nuevo triunfo de la selección y el auge del españolismo, que es lo que te va a tí.