El pueblo: señor Gordillo, a pesar de las ingentes subvenciones que recibimos, tenemos hambre.
El señor Gordillo: no os preocupeis que os lo arreglaré.
El pueblo: ¿cómo lo harás, como aquel que multiplicó los panes y los peces ante la muchedumbre hambrienta?.
El señor Gordillo: NO. Yo lo haré de otra manera más eficaz y además ese acabó siendo líder de los de arriba.
El pueblo: ¿y cómo lo harás sin robar ni delinquir?.
El señor Gordillo: NO. Iremos a un súper y robaremos.
El pueblo: Pero si les pedimos alimentos al súper, quizá nos los den, sin necesidad de robar.
El señor Gordillo. No pueblo, tiene que parecer un robo, y la única manera es robar.
El pueblo: eres nuestro nuevo líder, y además eres mugroso y pregonao y también piojoso, sarnoso, harto sopabobas y zumayo, como tiene que ser.
El señor Gordillo: si los de arriba roban, nosotros no exigiremos que entren en la cárcel y que la ley se cumpla, nosotros haremos como ellos.
El pueblo: señor Gordillo eres nuestro mesías.