Ahí va mi análisis:
En el País Vasco, el PNV sigue siendo el partido que ocupa la centralidad política. Sus resultados han sido buenos, ha ganado votos de desencantados del PSOE disconformes con el pacto de López con el PP, de peperos temerosos de que ganara Bildu, e incluso de antiguos votantes de Bildu en Guipúzcoa descontentos con la imposición del sistema de recogida de residuos Puerta a Puerta implantado en muchos ayuntamientos. A pesar de perder 15.000 votos en total (hacia la abstención, o tal vez hacia Bildu en Álava), gana 2.000 en Guipúzcoa.
Bildu ha obtenido unos resultados espectaculares en Álava (6 escaños, segunda fuerza, lo nunca visto), buenos en Vizcaya (igual que en Álava, pero en un entorno sociológico más favorable) y discretos en Guipúzcoa (esperaban arrasar y han empatado a escaños con el PNV, desinflándose por el tema de las basuras, los recortes y subida de impuestos desde la Diputación de Garitano).
El PSOE ha perdido muchísimos votos (100.000), sobre todo hacia la abstención. Con ellos se deja 9 escaños. No se les perdona el pacto con el PP ni la gestión de ZP, ni la de López.
El PP ha perdido tres escaños y 15.000 votos, algunos de los cuales van al PNV para frenar a Bildu. El discurso primario y visceral de Basagoiti como si ETA todavía estuviera cometiendo atentados, ya no cala.
Madrazo muere matando. Su corrupta Ezker Batua y sus 17.000 votos hacen que Izquierda Unida-Ezker Anitza, con 30.000 votos, se quede sin representación, cuando sumando los votos de EB hubiera tenido tres escaños. Sin embargo, los míseros 5.000 votos de UPyD en Álava (el 3,5% de ese territorio), le dan un escaño que les hace salvar los muebles. Ellos, que tanto denuncian la ley electoral, ahora salen beneficiados y sacan un escaño con 21.000 votos, mientras que IU con 30.000 queda fuera.
Últimas conclusiones: Álava tiene mayoría absoluta abertzale por primera vez en la historia, dato a destacar que ha ocultado o en el que no ha reparado la prensa estatal.. El discurso de las 2 mitades y del españolismo alavés se hace añicos. Los nacionalistas suman dos tercios del electorado y la mayoría absoluta en Álava.
En Galicia, el PP pierde 135.000 votos, pero paradójicamente gana 3 escaños, porque el hundimiento de sus principales rivales es igual o aún mayor: el PSOE pierde 230.000 y el BNG 125.000. A Feijóo no lo erosionan ni UPyD, ni Mario Conde, ni el galeguismo de centro-derecha de Converxencia por Galicia. Feijóo ha sido astuto y ha convocado las elecciones en un momento de tremenda división y de recomposición del galeguismo, que ha acudido a las urnas dividido en 3 candidaturas. Ésa ha sido la clave de su victoria.
El animal político de Beiras, a sus 76 años, ha dado la campanada. En cuatro días, ha montado una Syriza gallega con Esquerda Unida, Equo y el FPG y con sus soflamas incendiarias se ha llevado el voto de los cabreados galeguistas de izquierdas y de algunos españolistas de izquierdas hartos del PSOE también. La suma de Beiras y el BNG da 23% por un 20% del PSOE, pero la división electoral les castiga y deja con 16 escaños a la suma de ambos, por 18 del PSOE. La asignatura pendiente del galeguismo para ser hegemónico es hincar el diente en ese sector nacional-regionalista de centro-derecha que vota PP porque tienen miedo al galeguismo de "estrela vermelha" y no ven un líder convincente que agrande o simplemente cree ese espacio político hoy secuestrado por el PP.

