Prosigo con mis reflexiones…
A caballo entre este tema y el del consenso sobre la castellanidad planteo esta otra cuestión.
Una de las claves del triunfo de otros nacionalismos radica en la capacidad de determinados partidos nacionalistas para convertirse en el eje vertebrador de todo un programa sociocultural consiguiendo que una parte de la vida social de la comunidad nacional gire en torno a ellos.
El PNV, los abertzales, CiU o ERC no limitan su acción a la política convencional sino que han creado espacios de convivencia social, de reflexión y debate y de promoción en torno a sí mismos.
A distintos niveles según su potencial podemos encontrar desde el entramado mediático-editorial creado por CiU; las “herriko tabernas” abertzales; iniciativas como el Centre Octubre al servicio del catalanismo valenciano y llegando a un nivel muy modesto, a ejemplos tales como el de la Taberna Castellana.
En todos los casos, con mayor o menor fortuna se adivina un afán de intervención social destinada a crear un espacio sociológico vertebrado en torno a una organización política. Tales propuestas superan el ámbito de la política institucional para entrar de lleno en la acción sociocultural directa a pie de calle.
Creo que el castellanismo, al menos el representado por el PCAS, fracasa precisamente en el aspecto sociológico. La batalla en las urnas alcanza siempre el límite que representa el tope marcado por el nacionalismo sociológico español.
Por más que el PCAS haga, su nicho electoral es limitado y con él sus aspiraciones electorales. La batalla por tanto no es electoral, es sociológica: HAY QUE ABRIR ESPACIOS SOCIALES AL CASTELLANISMO.
¿Sería posible que el Partido Castellano vertebrase en torno a sí mismo un proyecto de acción social? ¿Sería posible esbozar las bases para crear esos espacios de encuentro social castellanista? No siempre son necesarias grandes infraestructuras: plataformas de opinión y debate (que en realidad son grupos de personas más que sedes) congresos y jornadas castellanistas, ciclos de conferencias, exposiciones… son cosas que no requieren de un edificio de dos plantas… tan solo de una pequeña planificación, un par de invitados y de que alguien deje un espacio para realizarlos… Todo ello articulado bajo una marca y logo concretas, como tarjetas de identidad, a modo de marca de calidad o denominación de origen… una imagen de marca.