Poner la política y el deporte al mismo nivel me parece el colmo. Si no da que pensar que Cantabria y Castilla (en todos los deportes) son equipos diferentes desde el principio de siglo XX (¡cuando en el cole enseñaban que Santander era Castilla!), me parece que no quereís ver la realidad. Y más entonces que no había el mercantilismo que hay ahora. Nadie se planteo jamás luchar en el plano deportivo por Castilla. Si esto no quiere decir algo, está claro que no comprendeís nada.
PARA VINCULAR CANTABRIA A CASTILLA SE MINTIÓ MUCHO EN LOS AÑOS 20
José del Río Saínz, “Pick, fue en los años 20 del pasado siglo el mayor exponente de la tesis castellanista, aquella que defendía la vinculación de la Provincia de Santander (conocida con el sobrenombre de la Montaña) dentro de Castilla la Vieja, en contraposición a la tesis de Fuentes Pila que consideraba que la vieja Provincia debía constituir una región desligada de Castilla con el nombre de Cantabria.
La verdad es que Pick se apoyaba en unas tesis que escandalizaría a cualquier cántabro de los siglos que median entre el XVI y el XVIII. En la edición de La Atalaya del 28 de octubre de 1923 firmó un artículo titulado “La personalidad de Santander. Castellanos por interés y por amor”. Aducía el poeta, entre otras perlas, que “todas las afinidades de sangre, de usos, de costumbres y hasta de tradición, nos unen a Burgos”. (ignoro si en esto tendría que ver sus orígenes castellanos, que aunque lejanos, procedían de la capital castellana ya que su bisabuelo era burgalés)..
Pero la más terrorífica de todas es cuando dice, para defender esa unión con Castilla, que “nuestro Consulado de Comercio, una de las instituciones más tradicionales de nuestro pueblo, radicaba en Burgos”. Nadie puede dudar en que esto fuera cierto pero no hay mayor verdad que la que confirma que era una institución denostada por los cántabros, y que les costó siglos en deshacerse de ella y así poder erigir un consulado propio en Santander. Tales afirmaciones hacen pensar a uno si el entonces reputado Pick estaba a sueldo de la burguesía santanderina….
De todas formas, aunque se declaraba enemigo de que Santander fuera cabeza de una región cántabra (autónoma se entiende, ya que la región cántabra, entendida como territorio habitado por cántabros, era una verdad indiscutible), no por ello dejaba de lado el nombre de Cantabria.
Por ejemplo, tenemos que en el 6 de marzo de 1913 declaraba en el primer número de Hidalguía Cántabra (Semanario Regional y órgano del partido liberal-conservador independiente):
“Hágase, pues, ese homenaje, y sean los animosos amigos de Hidalguía Cántabra quienes lo organicen. Y si no hubieran demostrado repetidas veces que eran cántabros hidalgos, sólo por el hecho de intentarlo se acreditarían de tales. Porque Cantabria está en deuda con uno de sus más beneméritos hijos.”
También se debe a su persona unos versos llamados “Remeros de Cantabria”. . En 1917, le encomendó la Junta de Obras del Puerto de Santander el mando de la draga Cantabria, a cuyo timón permanecería todas las mañanas durante casi veinte años, hasta la huida del barco a Las Landas cargado de exilados en el otoño de 1936. Las tardes las dedicaba a su labor literaria y periodística. Como decía el cántabro Fernando Mora en el periódico madrileño La Voz del 3 de octubre de 1925, respecto de sus artículos, “cada día nos regala y hace, unas veces en la Redacción, junta a su pipa de grumete, y otras, la más, navegando, mandando la draga que, por ser su cuna, lleva un nombre: “Cantabria”.
En 1927, fue uno de los artífices de la creación del periódico La Voz de Cantabria, tras la fusión de La Atalaya y El Pueblo Cántabro. La revista Cantabria (1963) del Hogar Montañés de Madrid también es obra suya.