El lenguaje de ETA es el característico discurso militarista y belicista, usurpador de la representatividad del "espíritu del pueblo" vasco.
Habla de fascismo y de "estado de excepción", pero como dice el refrán, "Se cree el ladrón que todo el mundo es de su misma condición".
- Su propuesta es la muerte del adversario, eso sí es el fascismo.
Eso ya lo saben hasta muchos abertzales de izquierdas, ahora agredidos, vilipendiados y perseguidos (los "traidores" de Aralar) por seguir la senda del soberanismo vasco por vías ajenas a la violencia política etarra.
- Su planteamiento es el estado de excepción para los vascos y vascas que no comparten sus tesis. La pistola para quien se atreva públicamente a contrariar sus deseos.
- Su aliado estratégico es el "cuanto peor mejor, cuanto más socialicemos el dolor mejor".
Ni representa ni representará a Euskal Herria, y ya ni siquiera a la toda Izquierda Abertzale. Está acabada. No tienen futuro.
Algún día cercano la inmensa mayoría de vascos les darán la patada en la boca que se merecen.