Yo me descojono.
Somos el adalid del libertarismo. Viva la libertad sexual, viva el derecho de los pueblos a su autodeterminación, vivan los derechos sociales.
Ahora ya, quien piense distinto que yo y hable en otra lengua, muérase.
¡Pérfida Albión, de nuevo asomas a Castilla!
Es alucinante. Somos como los chavales del caserío.
Para eso mejor montar el Día del Orgullo Gay Castellano. Propongo que en lugar de una fiesta del buen rollo, digna de ser visitada y que es un escaparate hoy de Madrid para toda Europa, hagamos una donde todo sospechoso de ser leonés, de querer apoderarse de Treviño o de utilizar un idioma que diste del castellano de Valladolid sea expulsado de inmediato.
Válgame Dios.