En la democracia hacer bulto es fundamental. Lo aprendí leyendo a los griegos y luego a su modo lo dijo tambien Trosky creo. O eso me decían mis amigas troskas de la universidad de hace 30 años.
O sea. Si TC NO convoca a algo que se le ocurre a alguien es lamentable; pero si TC SÍ convoca aquel que tuvo la idea considerará un acto de autoafirmación, un alarde de independencia de criterio castellanista, más castellanista que nadie si me apuras, no acudir a la convocatoria. O sea.
El Día de Villalar, en cualquier caso limpia nuestros pecados de militancia, camufla nuestra carencias, enjuaga nuestros compromisos y produce la Purificación anual del castellanismo de TC. Para eso están las Liturgias y una bandera morada gigantesca, para que se agarre, se ponga en alto y se pasee por todo Villalar hasta el monolito. El castellanismo, como el catolicismo es una creencias comprensiva con la debilidad y con los errores y resulta fácil de llevar: tiene la suerte de poder perdonar las culpas del militante tibio, del afiliado inactivo, del simpatizante vergonzante, del interesado meroespectador, de todos cuantos, en fin, esperan a mañana para COMPROMETERSE.
Así que TODOS A VILLALAR allí todos, porque pasaré lista y al que no vaya le enviaremos a la geheenna del PP o del PSOE donde al que es malo, se mueve o se mete el dedo en la nariz, no sale en la foto Y se le condena al ostracismo aniquilador.