Buen debate. Me gustaría contestar a alguna cuestión introducida por Tarod, y haciendo referencia a los últimos mensajes.
Para comenzar, me gustaría volver a poner el acento, sin ánimo de resultar cansino, ante la necesidad de analizar el contexto ante el que estamos, que más que una sucesión de medidas desastrosas contra nuestros derechos y nuestra calidad de vida (que también), se trata del inicio de un intento de cambiar el modelo social y el modelo de estado de raíz, estructuralmente, algo parecido a lo que ocurrió en América Latina entre los '79 y los '80. Esto es algo que va cogiendo cuerpo progresivamente, y los acontecimientos se suceden con gran rapidez, pero todo apunta a que estamos comenzando a entrar en una fase de intento de imponer un nuevo modelo social. Ya comenté que FAES lo tiene claro: Latinoamericanización del Sur de Europa.
Como decía en el anterior mensaje, y en esto estamos todxs de acuerdo, no sólo en este foro, sino también entre amplios sectores de nuestro pueblo, es que esta convocatoria a huelga general llega mal y tarde. Mal porque quien convoca ha perdido la poca legitimidad que le quedaba (si es que le quedaba alguna), y a poca gente le da ganas de jugarse el tipo por quien tiene su sueldo asegurado, y porque llega tarde y disociada de las reivindicaciones que habría que aunar, como fueron las de los funcionarios y las futuras de los pensionistas (en diciembre, pensionazo).
En ese sentido, al convocar de la manera en que lo hicieron, hace ya meses, hay que tener claro que tanto CCOO como UGT actuaron con total lealtad hacia el gobierno del PSOE, que legislaba y legisla de acuerdo a los dictados del capitalismo financiero (la reunión de ayer de ZP en los EEUU es todo un ejemplo muy gráfico de quién nos está gobernando verdaderamente)
Ahora bien, en los últimos meses, justo después de haberse hecho esa convocatoria, se ha acelerado mucho la ofensiva que proviene de la derecha neoliberal contra los propios sindicatos y su estructura organizativa. La derecha neoliberal actúa de una manera muy muy inteligente, sumándose al clima de descontento generalizado contra los sindicatos, golpeando de lleno donde más les duele: en el tema de los liberados. Esperanza Aguirre, que actúa como punta de lanza en estas custiones, hizo unas declaraciones muy claras en este sentido. Por eso, los propios sindicatos están tratando a última hora de movilizar a sus bases, porque le ven las orejas al lobo, porque se están jugando sus propios puestos de trabajo. Si les sale mal la huelga, lo van a tener jodido. Y están siendo cada vez más conscientes de ello: está aumentando su percepción de que estamos ante un cambio de modelo que incluiriía por supuesto una redefinición de la negociación colectiva, de la estrucutra sindical, sus funciones, etc.
Y por eso, aunque entiendo perfectamente y respeto las reticencias a compartir jornada de lucha con los poltroneros, creo que es necesario y posible aprovechar el contexto para hacer crecer las propias propuestas. De hecho es lo que está ocurriendo, por lo menos en Madrid, donde están naciendo muchas asambleas de barrio, que están haciendo su propio trabajo, y que quieren darle continuidad a la lucha. Y eso no es seguirle el juego a CCOO y UGT, es aprovechar una convocatoria realizada por ellos para hacer crecer el propio proyecto. Flexibilidad táctica.
Y para que veas que no hablo en abstracto, sino en concreto, te hablaré de Madrid. Mañana jueves, manifestación en Vallekas, convocada por los vecinos y vecinas, por el común del pueblo, donde poltroneros no van a ser bienvenidos. El sábado, encuentro de asambleas de base (Vallekas por la huelga general, Hortaleza en lucha, Alcorcón, Lavapiés, Móstoles) El miércoles, manifestación alternativa a la oficial. De todos estos trabajos concretos, que están sumando a muchas personas, va a nacer el movimiento por la continuidad. Ese es el reto. Y el 29S es sólo un paso más.
Porque aunque esta huelga es lo que es, hay que tener en cuenta que nos guste o no, las huelgas han sido y son poderosos instrumentos de presión desde los trabajadores hacia los gobiernos. Existe un clima de debate en los medios, de tensión, de conflictividad, y en ese clima se puede hacer trabajo político. Además, la peculiaridad de esta huelga es que también se está convirtiendo en un instrumento de presión para los propios sindicatos convocantes. Y por eso es doblemente interesante.
Y entiendo que hay que participar en las luchas, en los debates, en las asambleas, independientemente de que tengamos condiciones como para hacer la huelga o no, porque lo que nos estamos jugando es mucho. Y en ese sentido, si la huelga es un fracaso, obviamente esto va a ser interpretado como lo que es, como un síntoma de debilidad, y no nos quepa duda que el proceso de implantación del nuevo modelo se va a acelerar.
Y por eso mi opinión animando a participar en las jornadas de lucha, con perspectiva propia, tratando de hacer cristalizar un movimiento que vaya más allá del 29S, y que tenga como objetivos concienciar sobre el proceso de cambio de modelo ante el que estamos, así como luchar contra él, y que se plantee por ejemplo, desde ya, qué pasa con nuestros pensionistas.
Por eso Tarod, no es que vayamos a salir a la calle el 29S, que también, es que estamos viviendo en ella, jeje.
¡Un saludo comunero!

