El hándicap de IzCa está en lo refractario que es el electorado castellano a la radicalidad política. Ese hándicap era menor para TC y no existe para el PCAS. El problema es que la dirección que ha tomado el PCAS no parece compatible con adoptar una apariencia de movimiento social, como está haciendo IzCa, o por lo menos a la mayoría de quienes apoyan esa dirección les parece incompatible.
Ahí está el tema. Lo has analizado perfecta y absolutamente.
Sin embargo, eso ocurre en todas partes, y por el contrario solo en el castellanismo no somos capaces de converger. Me refiero a JJSS, chavalines republicanos que se creen lo de la rosa y el puño, mientras sus dirigentes en el aparato federal del PSOE van al Rey a hacerle la corte. También es de mencionar la intransigencia de NNGG con algunas cuestiones, que su partido matriz (PP) se cuida mucho de tocar, y aún si las menciona son para hacer vaga oposición verbal, porque sabe que les van votos en ello.
Eso por no hablar del nacionalismo puro y duro de las juventudes de CiU o ERC, y los mensajes posibilistas de sus dirigentes, aceptando tácitamente el marco actual siempre que sus territorios ganen.
Con ello quiero decir que las juventudes de los partidos, generalmente, tienen bastante poco que ver con los cuadros que toman las decisiones electorales o tienen responsabilidades. Sin embargo, coexisten y se benefician del apoyo mutuo.
IZCA y PCAS tienen bastante poco que ver en ese sentido, generalmente tienen las mismas diferencias que cualquier partido (que se debe a criterios de apoyo y voto, y por tanto ha de moderar el mensaje) tiene con los sectores más jóvenes y con inquietudes más fuertes.
No recuerdo bien, creo que era Tarod, el que decía con acierto aquello de "PCAS es un motor diésel e IZCA es un motor de explosión alimentado con queroseno". Algo parecido pasa en todas las corrientes políticas, y el castellanismo no iba a ser menos.
Soy escéptico en cuanto a una posible convergencia, porque como bien se dice, tenemos concepciones radicalmente distintas. Habría que renunciar a demasiadas cosas (o aceptarlas) por ambas partes. Y no estoy seguro de que ambos colectivos nos sintiéramos a gusto negándonos a nosotros mismos para construir no se sabe muy bien qué. Con esto no quiero decir que me niegue, quiero decir que habría condiciones, por ambas partes. La convivencia quizá no sería fácil.
Habría más militancia, eso sí. Del mismo modo que la gente de PCAS podría ayudar en la calle, la gente de IZCA habría de participar en el esfuerzo electoral, que sé de buena tinta que es algo que no les gusta.
Como digo, sería estudiarlo... y habría dificultades. Pero no me compete a mí extenderme más en esta cuestión.

