Siempre lo digo, todo en la vida tiene un trasfondo económico, el verdadero nacionalismo es el económico que algunos lo utilizan políticamente pero en origen el 'problema' es la pela:
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2012/01/13/los-ricos-quieren-la-independencia-para-no-ayudar-a-los-pobres-90814/ESCOCIA MARCA EL REBROTE NACIONALISTA
“Los ricos quieren la independencia para no ayudar a los pobres” "El referéndum es una estrategia política por las necesidades de financiación de Escocia". (Corbis)
@Guillermo Moratinos 13/01/2012 (06:00h)
Escocia tiene su referéndum de independencia a un paso. Aunque la fecha no está clara por las disputas entre el gobierno inglés y el escocés, la nación podría decidir sobre este aspecto en los próximos meses. Sin embargo, esta situación puede ser imitada o puede animar a otras regiones europeas a reivindicar su independencia.
El caso español es un buen ejemplo, sobre todo en País Vasco y Cataluña. Pero nuestro país no es el único. Italia, Bélgica u Holanda también pueden verse afectadas por este efecto. Desde luego, las diferencias culturales de estas regiones son responsables de este sentimiento de independencia, pero la cuestión económica es lo fundamental del asunto. Por ello, los gobiernos nacionalistas utilizan este discurso para ganarse a los ciudadanos en numerosas regiones europeas.
Todos hemos escuchado en los últimos meses las reticencias de Alemania, la locomotora europea, a ayudar a los países del sur ante sus dificultades económicas. Los germanos no quieren pagar los platos rotos de otros europeos y esto se extrapola a las regiones más ricas de algunos países.
Jorge Verstrynge, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, explica a El Confidencial que “lo que está pasando en Europa desde la caída del telón de acero es que los ricos se están yendo porque no quieren ayudar al resto”. Comenta que, en contra de lo que muchos ciudadanos piensan, “Escocia no es pobre” y pone como ejemplo otras regiones europeas como Lombardía, Flandes, País Vasco o Cataluña, que también son líderes económicamente.
El profesor de Ciencias Política aduce que la situación “es comparable” con la de la actitud de Alemania respecto a los países del sur. “Los ricos no se están mostrando muy solidarios y Alemania está actuando como el que no se va, pero no paga”, asegura.
Aunque niega Verstrynge que esto sea un “sálvese quien pueda”, sí afirma que se trata de un “yo primero, y luego los demás”. Pone como ejemplo una campaña que se está llevando a cabo en Francia y que anima a comprar productos producidos en el país, una especie de “patriotismo económico”.
En este sentido, el profesor de Ciencias Políticas explica que no hay que olvidar que España es la cuarta economía de la Unión Europea y dice que no es lo mismo defender los intereses del país entero que de una región en concreto que no tiene una gran importancia demográfica o económica. Por eso, cree que “es pronto” para que suceda algo así en España, pero vaticina que algún día puede ocurrir.
La independencia responde a una cuestión electoralista
Si seguimos en esta crisis se exacerbarán los sentimientos nacionalistas
Ismael Crespo, catedrático y director del departamento de Comunicación Política de la Fundación Ortega-Marañón, comenta que todo este asunto responde a un discurso político. “Se plantean argumentos de ‘si tuviéramos, podríamos…’ para satisfacer a los públicos internos. Cada comunidad ha buscado la construcción de un relato, que debe tener un antagonista los suficientemente lejano pero real para convencer al público”, dice.
En ese sentido, explica que “es el mismo discurso que se está utilizando en Alemania”, pero considera que el problema de ello es que “otros países como Grecia no están sabiendo crear un discurso de oposición”, ya que es el país germano el que se nutre del trabajo de sus empresas en estos lugares. También comenta que igual que los países con economías mayores han tenido que aportar más dinero a los fondos europeos, son éstos los que más han recibido. Subraya, además, que Alemania ha podido competir en una supuesta igualdad de condiciones, que no era así porque ellos estaban más preparados que los demás.
“Se está vendiendo a los ciudadanos que la culpa es de otros, pero es un recurso simbólico más que real y que es muy atractivo desde el punto de vista político”, explica. Vaticina Crespo que “si seguimos en esta crisis se exacerbarán los sentimientos nacionalistas” de regiones y de países como Francia, donde la extrema derecha puede tener buenos resultados electorales.
El catedrático de Comunicación Política achaca esto a que “la gente cuando se ve en estas situaciones se aferra a un discurso proteccionista porque cree que eso les ayudará a superar las dificultades internas”.
El director del departamento de Comunicación Política de la Fundación Ortega-Marañón asegura a este diario que el planteamiento del referéndum escocés, que no cree que vaya a celebrarse es “una estrategia política que tiene que ver con las necesidades de financiación” de Escocia.
La viabilidad de los países pequeños
Crespo alude a que el caso catalán o vasco es totalmente distinto. “Teóricamente un país independiente catalán tendría cierta viabilidad en la UE, pero sería complicado que se mantuviese dentro”, lo que coartaría esta supuesta independencia. El País Vasco no podría. El problema es, a su juicio, que la mayor parte de las relaciones comerciales de Cataluña son con el resto de España y alude a que habría que cuantificar el coste de crear una Administración, la clase política, sindicatos, etc…
La banana azul es la zona industrial más importante del mundo
Ismael Crespo considera que ser independientes “no les daría más posibilidades de superar la crisis” y pone como ejemplo países pequeños con dificultades como Letonia, Estonia, o la propia Grecia. La cuestión es que “cuanto más grande sea el mercado nacional, más fácil será superar la recesión”. Pone como ejemplo que "si España y Portugal se uniesen se ahorraría mucho y se ampliaría el mercado, con lo que nos iría mejor". De todas formas, sí afirma que “en momentos de bonanza económica estos países pequeños lo tienen menos complicado”.
El problema es que las diferencias territoriales se han acrecentado en algunos sentidos, sobre todo en cuanto al desarrollo industrial, con lo que nos encontramos con zonas muy desarrolladas y con posibilidades frente a otras que están estancadas. Verstrynge pone como ejemplo la teoría de la banana azul. Esta hipótesis se refiere a la zona centroeuropea comprendida entre los ríos Rhin, Ródano y Po, donde se encuentran ciudades como Milán o París, y que, según éste, “es la zona industrial más importante del mundo”.
Hay “una centripetación de los ricos” y, por tanto, la industria, al tener más consumidores, aumenta. “Varias teorías hablan de que los grandes mercados son necesarios para desarrollar las economías”, dice Verstrynge, y observa que estas zonas están mejor dotadas en materia de infraestructuras, de sanidad, de educación… y cuentan con mejores condiciones de vida y con personas más preparadas. Pone como ejemplo el País Vasco –próxima a la banana azul-, “donde no se conoce la crisis, hay una buena sanidad… y eso atrae a las empresas”.
Otro aspecto de importancia que hace primar económicamente a algunas regiones son “los prejuicios”, según comenta el profesor de Ciencias Políticas. “Un alemán no entiende que un sevillano esté en la feria hasta las cuatro de la mañana y luego vaya a trabajar, por eso no invierten en estas zonas”, asegura. Estos prejuicios, afirma, también están presentes en las regiones del norte de España o Italia respecto a las del sur.
“Ellos piensan ‘me desligo de tener que contribuir a mantener a las zonas más pobres. Ya les di la oportunidad, que la hubiesen aprovechado’”, comenta Verstrynge.