El estado se pudre y está descabezado. Nadie se explica como alguien en su sano juicio puede hacer lo que está haciendo Rajoy. Interesante el editorial de Luis del Pino, que si de derechas y tal, pero valiente y libre más que de derechas. Esta crisis al menos pone a cada uno en su sitio:
Editorial del programa Sin Complejos del sábado 21/7/2012
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Fruita es un pequeño pueblo del estado americano de Colorado al que nadie de ustedes tendrá el gusto de conocer. No es de extrañar, porque es un pueblo de solo 12.000 habitantes y que carecería por completo de toda importancia, si no fuera porque en él nació Mike, el famoso pollo sin cabeza.
Ya se sabe que cuando se le corta la cabeza a un pollo, éste es capaz de correr por el suelo durante unos segundos antes de desplomarse, pero el caso de Mike es mucho más peculiar, ya que vivió la friolera de 18 meses después de que su dueño, Lloyd Olsen, le cortara la cabeza en 1945 con un hacha de cocina. Lo que el dueño pretendía era zamparse al pollo, pero el corte le dejó a Mike intactas la yugular y el cerebro y, sorprendentemente, lejos de morirse, a Mike le dio por vivir.
Sin pico, sin ojos y sin la mitad de la cabeza, Mike seguía vivo y andando por el suelo a la mañana siguiente, por lo que el dueño probó a darle comida y agua con una pipeta. Y el pollo no solo sobrevivió, sino que engordó dos kilos y medio en unos meses. El dueño, por supuesto, no tardó en ponerse a recorrer el país de feria en feria con su pollo sin cabeza, cobrando a los maravillados aldeanos 25 centavos por el privilegio de ver al pollo más extraordinario del mundo.
Al final, Mike terminó muriendo dieciocho meses después, tras atragantarse con un grano de maíz. Pero Fruita, el pueblo que le vio nacer, le sigue conmemorando todos los años el tercer domingo de mayo, con un festival de los pollos en el que no faltan diversiones para toda la familia, como los saltos sobre estiércol y el concurso de comedores de alitas de pollo.
Y en el centro del pueblo, por supuesto, una estatua de Mike recuerda al que es, sin duda, el hijo más famoso del apacible pueblo de Fruita.
Ayer, a todos los que siguen la actualidad de los mercados les tocó irse a casa con el corazón en un puño y la consternación pintada en el rostro, después de que nuestra prima de riesgo volviera a batir de largo todos los récords históricos y cerrara en 610 puntos.
Las infaustas medidas de Rajoy, con las que la semana pasada se cargó sobre los hombros de los ciudadanos la totalidad del peso del ajuste, no es ya que sean injustas, o estúpidas, o contraproducentes: es que encima se han mostrado inútiles. Inútiles para tranquilizar a los mercados, inútiles para insuflar confianza a los inversores, inútiles para convencer a nuestros socios europeos de que España está en la senda correcta.
De hecho, parece más bien que las medidas de Rajoy han conseguido justo el efecto contrario: al cargar el ajuste sobre los ciudadanos - en vez de cortar el despilfarro del estado y acabar con las incontrolables autonomías -, el gobierno de Rajoy va a hundir más aún la capacidad de consumo de los españoles, lo que traerá más recesión, más cierres de empresas y más paro. Y eso, a su vez, reduce nuestra posibilidad de poder pagar las deudas en el futuro. Y los mercados lo saben. Y por eso nos castigan.
El gobierno de Rajoy hace mucho tiempo ya que se mueve como un pollo sin cabeza. Sigue alimentándose con nuestros impuestos y sigue engordando, pero ni parece tener pico con el que explicarse, ni tampoco ojos con los que ver a donde va. Es posible incluso, aunque lo dudo enormemente, que el gobierno sea capaz de sobrevivir durante muchos meses más, hasta que cualquier día se atragante con un grano de maíz y termine falleciendo. Pero lo que está claro es que, por mucho que dure, este gobierno ya no es capaz de llevar a este país, y de llevarnos a nosotros, en ninguna dirección concreta. Ha perdido la capacidad de saber lo que quiere hacer y hacia dónde se dirige.
Como no está en nuestras manos forzar una crisis de gobierno, quizá debiéramos plantearnos el ser prácticos y tratar de hacer algo para aliviar la carga de la deuda: podríamos, por ejemplo, llevar de feria en feria al consejo de ministros en pleno, para exhibirlo ante los incrédulos ojos de los europeos: "¡Aquí tenéis, europeos, el gobierno sin cabeza que más ha sobrevivido hasta la fecha!". Si cobramos un euro por entrada, quizá nos saquemos algún buen dinerillo.
Aunque en realidad pienso que lo mejor para todos sería que se planteara la sustitución urgente de Rajoy; si es que queda alguien con cabeza en el Partido Popular para plantearlo, claro.
Más que nada porque los malos ejemplos cunden rápido, y resulta que los felices habitantes de Fruita ya han puesto en marcha una campaña - y no es broma - para que los americanos voten como presidente, el próximo mes de noviembre, a su querido Mike, el pollo sin cabeza.
"Si España tiene un gobierno sin cabeza", supongo que dirán los habitantes de ese peculiar pueblo de Colorado, "¿por qué los Estados Unidos habrían de ser menos?".
Y no les falta razón, ¿no creen Vds?"