Desde mi punto de vista has dado en el clavo: la reina de Castilla visita la corona de Aragón, un reino donde no es reina soberana, donde es extranjera y no puede ni debe exigir que las leyes, costumbres y lengua castellanas se impongan en la Corona de Aragón.
Los súbditos de Aragón no van a aceptar que una reina castellana les imponga sus usos y costumbres. Debe respetar sus fueros...
Pero ahora pasa que no estamos en una unión dinástica de dos Monarquías, sino en un único Estado español democrático y de derecho, descentralizado y con forma monárquica, donde no somos súbditos, sino ciudadanos: tenemos derechos y deberes frente al poder estatal. Derechos y deberes. Y yo me puedo mover dentro de ese Estado a donde yo quiera a residir y trabajar, y no tengo porque tener menoscabo de mis derechos básicos como ciudadano. Si defiendo que un extranjero que reside y trabaja en mi país debe tener todos los derechos y deberes que tiene un "nacional", con más motivos entre con-nacionales. En Valladolid o en Barcelona. No seamos "xenófobos", si us plau
Discutamos si debe profundizarse radicalmente cómo nos organizamos políticamente en este Estado, democraticémoslo, pero no a costa de mis derechos básicos.
Normalmente para moverme por todo ese Estado, diverso nacionalmente, necesitaré una "lingua franca", y aquí el castellano, por razones históricas, opera así. ¿Eso es malo? ¿Es un juego de suma cero, es decir, lo que gana el castellano es a costa del catalán o el euskera, o viceversa?
El problema es que todo este conjunto de derechos y deberes está "empapado" de la cuestión nacional. Así, yo soy ciudadano, pero se entiende así "ciudadano español". A muchos vascos les gustaría ser "ciudadano vasco", porque considera que "ciudadano español" es una contradicción evidente: ser español es ser súbdito. No se reconocen los derechos y deberes de ciudadanía porque ven el adjetivo español y sólo piensan en vasallaje...
Bien, algunos pensamos que se debería reformular la relación "ciudadano"/"español" en términos más democráticos y sociales, y que el castellanismo actual tiene mucho de potencial positivo que decir al respecto. Para mí lo más atractivo y retador del castellanismo -al igual que el andalucismo- es situar
la necesidad de reforma democrática radical en el centro mismo del Estado español, en su corazón, es plantear la necesidad de reiventar la convivencia y las relaciones entre sus pueblos en términos de igualdad y dignidad.
Algunos no nos gusta como está organizado nuestro Estado. Queremos más democracia. Si España se edificara como un "pacto" entre partes iguales y no como una imposición centralista de "Madrid" a otros pueblos, la idea de España no sería aborrecida por muchos habitantes de la península ibérica. Sería vista como un pacto, y no como un "diktat".
El lema "Madrid es Castilla" por eso tiene un potencial revolucionario inimaginable. Castilla empalidece más que ninguna patria de la península con este Estado español actual. Pero, en términos de ciudadanía, España no es hoy ni una cárcel de pueblos, como , en términos de identidades nacionales, ni ha sido y será una nación de naciones. España es una nación plural, donde además hay en ella otras naciones que no son España. La historia de la construcción del Estado español se hace bajo la hegemonía clara de la nación castellano-española de la mano de Borbones,el canovismo y el franquismo, donde los signos de identidad de los demás pueblos fueron negados y/o eliminados, en un proceso que especialmente el franquismo llevó al paroxismo.
El federalismo es, a mi juicio, la solución, una forma que permite convivir a ciudadanos que tienen identidades nacionales diferentes.
En el Estado español, la lengua castellana no es lengua española fuera de castilla. Es castellano. No hay lengua española -stricto sensu-. En Escocia hablan fundamentalmente inglés. Saben que no hablan "británico", sino inglés, pero no por ello dejan de tener una conciencia nacional muy clara de ser escoceses. Todos los escoceses saben que no son ingleses, aunque hablen inglés. Algunos no quieren ser británicos (identidad que engloba a galeses, ingleses, escoceses, norirlandeses, etc.), pero a muchos no les importa, siempre y cuando haya más autonomía y se reformule el pacto fundamentalmente con los ingleses. Es decir, digamos que la ciudadanía británica, reformulada, puede permitir ejercer mi derecho a ser y sentirme escocés... ¿Pasa eso en el Estado español?
Haciendo un juego: los independentistas vascos no quieren ser españoles. Los escoceses tienen claro que no son ingleses, pero muchos no ven problemas en ser británicos. Muchos castellanos son nacionalmente españoles. Pocos, como castellanos, rechazan la identidad española. Otros, como la "británica", quieren que la identidad "española" se reformule para que englobe en pie de igualdad y dignidad a todos los pueblos de Iberia, incluida la castellana. Reivindicando lo castellano, colaboro en construir una identidad "España" menos esencialista y más instrumental, en un pacto libre de pueblos, y no en una castellanización-españolización impuesta.

